martes, 8 de enero de 2019

Apocalipsis


Apocalipsis
            Este es uno de los libros más importantes de la Biblia. Escrito por el apóstol Juan aproximadamente en el año 95 en la isla griega de Patmos.  Dios lo reveló a su Santo Hijo quien, a través de su ángel, lo reveló (o dictó, sería mejor decir) al apóstol.
            Juan fue enviado como exiliado por el emperador Domiciano después de ser echado a morir en una tina de aceite hirviendo, a lo que sobrevivió milagrosamente. El emperador, acobardado, desistió y lo envió a Patmos. Allí, en una cueva, escribió esta profecía, considerada por muchos estudiosos la más importante de la Sagrada Escritura. Patmos forma parte del archipiélago del Dodecaneso (del gr. Dodekánisa, doce islas), con unos 36 km. cuadrados, y tiene hoy día unos 2.500 habitantes; situada en el mar Egeo, al sureste de Grecia y suroeste de Turquía, es vecina de Éfeso y Esmirna, dos de las ciudades a las que está dirigido el Apocalipsis.
            Los acontecimientos indicados en este libro están relacionados con el arrebatamiento, hecho fundamental descrito por Pablo en las cartas a los tesalonicenses y corintios. Así en 1ª. de Tesalonicenses 4:13-17 encontramos una descripción clara del mismo:
            Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo, con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
            La segunda venida de nuestro Señor se divide en dos partes: el arrebatamiento y la segunda venida propiamente dicha. En la primera el Señor descenderá de los cielos, pero sin poner pie en tierra; los que hayan muerto en justicia y vivan en justicia serán arrebatados, es decir, tomados con suma rapidez (“en un abrir y cerrar de ojos”) y elevados a las nubes donde se encontrarán con él y vivirán junto a él. Solo lo verán quienes reciban esta gran recompensa.
            Inmediatamente después comenzará la Gran Tribulación (algunos hablan de Tribulación, pero es más pertinente Gran Tribulación pues, como dijo Jesús, no habrá una mayor ni antes ni después de ella). Será un periodo de siete años, dividido en dos de siete años y medio, conmocionados por 21 calamidades representadas en los siete sellos, siete trompetas y siete copas. Pero el segundo periodo será más grave porque durante el mismo aparecerá el Anticristo, un personaje atroz, encarnación del maligno, que dará lugar a una persecución terrible contra los creyentes en Dios y Jesucristo. A todo aquel que confiese al Señor lo someterá a decapitación, y a quienes lo acepten a él les impondrá una marca sobre su frente o sus muñecas, el 666. Con esta marca salvarán sus vidas y podrán comprar y vender, acceder a alimentos y bienes, etc. El Anticristo se proclamará dios y exigirá adoración, haciendo que estatuas suyas se levanten en todos los lugares de la tierra. Será tal el poder que el maligno le confiera que estas estatuas –dicen algunos eruditos- podrán hablar. Será carismático, elocuente, solucionador (aplicando la tecnología muy avanzada) y también invertido sexual. Dominará el planeta como dictador y se instalará en Jerusalén donde, finalizando el septenio, tendrá la audacia de entrar al Templo Santo, el tercero ya levantado, y se sentará en ese templo santo. Este atrevimiento constituye la abominación desoladora que marcará su final pues en breve el Señor Jesucristo descenderá de los cielos en todo su esplendor, como Jinete en un Caballo Blanco seguido de un ejército de ángeles también en cabalgaduras blancas, pondrá pie en tierra, y enfrentará a las fuerzas del Anticristo integradas por ejércitos de reyes y hombres impíos que subirán por los cuatros costados del planeta. Se inicia entonces una gran batalla que se conocerá como Armagedón, librada en el Valle de Megido, al sur de Nazaret. Este valle es el monte Megido que, al ser tocado por la planta del Señor, se convertirá en valle. Los ejércitos del Anticristo serán derrotados y aves convocadas por el poder de Dios devorarán los cuerpos de los mismos y el Anticristo, también llamado el inicuo y la bestia, será lanzado al lago de fuego y azufre junto con su lugarteniente, el falso profeta.
            El descenso del Señor es su segunda venida y será con todos los justos que se reunieron con él en el arrebatamiento; será visto por todos los moradores del mundo. Ya en tierra el Señor recibirá a los justos que hayan sido sacrificados en la Gran Tribulación, a los justos del Antiguo Testamento, a los justos que sobrevivieron por no ser alcanzados por la espada del inicuo, y al pueblo de Israel convertido a Jesús durante ese tiempo de tribulación.
                            
                                               El Reino Milenial:
             
           Al término de la segunda venida sucederá un periodo de mil años en el que Jesús se establecerá en la tierra con los justos. Será el Reino Milenial, reino de paz, justicia y felicidad. Allí estarán los que tienen cuerpos glorificados y quienes conserven sus cuerpos terrenales. Los primeros serán los que fueron arrebatados, los justos resucitados del Antiguo Testamento y los mártires de la Gran Tribulación que aceptaron al Señor y se negaron a recibir la marca de la bestia. Quienes conservan sus cuerpos terrenales son los justos del pueblo de Israel y los otros que sobrevivieron a la persecución del Anticristo. Satanás será inhabilitado durante este milenio por un ángel provisto de la llave del abismo y una gran cadena con las cuales lo encarcelará en el abismo. Al final del Reino será soltado por breve tiempo y muchos de los nacidos de cuerpos terrenales, de naciones de todos los confines, por su propia debilidad y tentados por el maligno, pecarán. Satanás entonces reunirá un numeroso ejército, conocido también como Gog y Magog, vasto cual la arena del mar, para luchar contra el Señor Jesucristo. Esta será la última rebeldía de la historia contra Dios. Poderoso fuego bajará del cielo y el ejército de Satanás destruido y él, Satanás, lanzado al lago que arde con fuego y azufre donde se unirá al Anticristo y al falso profeta.
           
            El Juicio ante el Gran Trono Blanco:
            
           Terminado el reino milenario se inicia el Juicio ante el Gran Trono Blanco donde estará sentado nuestro Señor Jesucristo. Juzgará a los que murieron en injusticia; sin embargo, también estarán ante él los justos. El cap. 11 del Apocalipsis dice que delante del que estaba sentado huyeron el cielo y la tierra. Será un tiempo de resurrección pues ante el Señor estarán, de pie, todos los muertos, grandes y pequeños. Y fueron abiertos los libros en los que están escritas las obras de quienes van a ser juzgados, y también el Libro de la Vida. Y el mar entregó los muertos que había en él, y la Muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos. Muerte es una persona, un ángel de las tinieblas, un ministro de Satanás que reclama el alma de los injustos cuando se separa del cuerpo al morir. Hades es también una persona, un ángel de las tinieblas, y un lugar al cual gobierna. Muerte reclama el alma de quienes mueren en injusticia, las retiene por corto tiempo, y luego las entrega a Hades que las lleva a su lugar designado de encarcelamiento, el Hades. (Hades es un término griego equivalente a Sheol y a Gehenna que significan infierno. La mención del Hades en Apocalipsis es una ratificación de la existencia del infierno que Jesús menciona varias veces en los Evangelios. Lo digo porque hay varias denominaciones cristianas que niegan la existencia del infierno. Éste es un lugar intermedio como las moradas celestiales mencionadas por Jesús).
            Y cada uno fue juzgado según sus obras, y el que no se halló inscrito en el Libro de la Vida fue lanzado al lago de fuego. Y la Muerte y el Hades también fueron lanzados a este lago (Muerte y Hades en tanto ministros de las tinieblas). Esta es la muerte segunda, la definitiva, temible y eterna. Esta muerte involucra, pues, al Anticristo y al Falso Profeta, a la Muerte, al Hades y a los que murieron en injusticia, es decir, a los que comparecieron ante el Juicio del Gran Trono Blanco como no inscritos en el Libro de la Vida.  (Algunos estudiosos creen que ante el Gran Trono Blanco serán evaluados también los que se salvaron durante el Reino Milenial, o sea, los hijos que nacieron de cuerpos terrenales en este periodo y cumplieron con la justicia de Dios. Quienes están inscritos en el Libro de la Vida sencillamente tendrán presencia ante este Gran Trono, pero no serán objeto de juicio o evaluación alguna porque ya son salvos. Tengamos en cuenta, no obstante, que es una opinión y no una certeza sustentada en la Sagrada Escritura).
           
            Cielo Nuevo y Tierra Nueva. La Nueva Jerusalén:
             
          Después de lo anterior el apóstol vio un cielo y una tierra nuevos “porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más”. Esto es muy importante porque la tierra tal como la conocemos ya no existirá más. El detalle del “mar ya no existía más” indica que tendremos un planeta completamente nuevo, sin mar, esto es, una tierra plana, sin las grandes masas de agua que son los océanos y los mares. Una tierra preparada para recibir a la Nueva Jerusalén: arroyos purísimos, verdor excepcional (fragante y fresco), montañas armoniosas sin accidentes ni peligros, etc.  Entonces Juan vio descender del cielo, de Dios, la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, bellísima y purísima para posarse en la tierra nueva, como “una esposa ataviada para su marido” y una gran voz del cielo la anunciaba como el tabernáculo de Dios con los hombres, y “Él morará con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios”. Enjugará el Señor toda lágrima de los ojos de los seres humanos. Y no habrá ya más muerte, ni más llanto, ni clamor (no será necesario), ni dolor “porque las primeras cosas pasaron”. Y el que estaba sentado en el Trono dijo: “He aquí yo hago nuevas todas las cosas”, “Al que tuviere sed yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. Y el que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo”.
            Pero irán al lago de fuego y azufre y, por tanto, sufrirán la muerte segunda los cobardes, los incrédulos, los abominables, los homicidas, los fornicarios, los hechiceros, los idólatras, los mentirosos.

Nota:
            El infierno y el Seno de Abraham son lugares intermedios, pero, al bajar Jesús a los infiernos y resucitar al tercer día, ascendió con los justos, por lo cual el Seno de Abraham fue sustituido por las moradas celestiales que no están en las profundidades de la tierra sino cerca del trono de Dios Altísimo. Por tanto fue un lugar intermedio; el infierno también, pero éste permanece íngrimo en dichas profundidades (unos 3.500 kms.  dicen algunos estudiosos).
            Quienes están en ambos lugares comparecerán ante el Gran Trono Blanco pues allí se realizará lo que el vulgo llama juicio final; por lo tanto, quienes estén en el infierno se agregarán a los sujetos a condenación en este juicio (un doble castigo). El lago que arde en fuego y azufre se activará tres veces para recibir a los condenados para tormento eterno: 1) al término de la Gran Tribulación cuando sean lanzados el Anticristo y el Falso Profeta, 2) al término del Reino Milenial cuando sea lanzado Satanás, 3) al concluir el Juicio ante el Gran Trono Blanco cuando sean lanzados los seres humanos que obraron con injusticia y la Muerte y el Hades en tanto ministros de Satanás. Nótese, pues, que es en ese lago donde se consuma la muerte segunda, atinente sólo a los hombres, la definitiva y eterna.





           




           
           
             

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