viernes, 11 de mayo de 2018

¿Son todos los gobernantes puestos por Dios?

Esta es una pregunta que siempre me ha inquietado. Recientemente, una hermana cristiana me reprendió porque yo hice una crítica al gobierno pro-comunista de Venezuela. Más o menos me dijo: "no se debe criticar ni censurar a las autoridades, que han sido puestas por Dios". Me quedé con la duda (en realidad siempre la he tenido) y decidí consultar con otra hermana cristiana versada en teología. Enseguida me aclaró: no es así,y me remitió a leer el capítulo 8 de Oseas, versículo 4. Éste dice: "Ellos establecieron reyes, pero no escogidos por mí; constituyeron príncipes, mas yo no lo supe; de su plata y de su oro hicieron ídolos para sí, para ser ellos mismos destruidos". El Señor se refiere al pueblo de Israel que no escuchó su palabra y levantó reyes impíos, sin siquiera participarle. El Señor nos ordena que oremos por quienes están en eminencia. En 1a. de Timoteo, capítulo 2, Instrucciones sobre la oración, versículos 1 y 2, dice: "Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por... los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad"(el subrayado es mío). En otros versículos nos exhorta a someternos a las autoridades superiores . Sobre esto no puede haber duda: como creyentes, hijos de Dios, hemos de someternos a quienes están en eminencia y aceptar que la autoridad es de Dios y de Él es concedida a los hombres.
Cuando analizamos la historia y la realidad nos percatamos de que el término "en eminencia" y el término "en autoridad" no siempre coinciden. Todo gobernante está en eminencia, mas, por cuanto la autoridad viene de Dios, no todo gobernante está en autoridad. La historia nos lo demuestra : muchos gobernantes no han hecho suya la autoridad de Dios. Tiranos, dictadores, sátrapas están en eminencia pero no en autoridad. En consecuencia no fueron puestos, escogidos por Dios. Herodes, Nerón, Calígula, Mussolini, Hitler, Stalin, Pol Pot, Francoise Duvalier, Fidel Castro, etc., sólo para dar algunos nombres, no fueron puestos por Dios. La opresión, la cueldad, el hambre, el sufrimiento que impusieron a sus pueblos demuestra su alejamiento de Dios y su Santo Hijo. Por tanto, no estuvieron en autoridad. ¿Por qué? Porque un gobernante debe buscar la felicidad de su pueblo. Y esto implica hacer de su poder un servicio (y no apropiarse de ese poder). Luego si hace lo primero está en autoridad y, por tanto, puesto por Dios. En todo caso el mandato de orar por los que están en eminencia ha de cumplirse, al menos para los que no procuran la felicidad de su pueblo, a fin de que sean llamados a arrepentimiento.        

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